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Tomorrowland: El Mundo del Mañana.


El cine, la TV y la literatura intentan convencernos de que todos los futuros son distópicos. ¿Y qué pasa con la esperanza de un mundo mejor? Esa pregunta campea del principio al fin de “Tomorrowland” y queda instalada en el espectador. El optimismo, los sueños, la idea y el obrar -fundacionales del discurso de Walt Disney- son los motores de la película y se transmiten como un deber ser. ¿Utópico? Tal vez. ¿Inspirador? Decididamente.


Un paréntesis antes de adentrarnos en “Tomorrowland”. Hay mucho talento detrás de este proyecto, tanto que George Clooney dio el okey para asociarse por primera vez en su carrera con la marca Disney (y con todo lo que eso implica). Brad Bird es uno de los directores más interesantes del Hollywood contemporáneo, cuidadoso de los proyectos en los que se involucra y capaz de tomarse el tiempo necesario para no fregarlos. Las tres películas de animación que dirigió son, cada una a su manera, magníficas: “El gigante de hierro”, “Los increíbles” y “Ratatouille”. Después de hacerse cargo del cuarto eslabón en la saga de “Misión imposible” se sumergió en “Tomorrowland” junto al guionista Damon Lindelof, uno de los cerebros detrás de “Lost” y actual motor de la imprescindible serie “The leftovers”.

La imaginería visual de “Tomorrowland” es pura belleza y buen gusto. Hay mucho romanticismo y nostalgia en la construcción de la ciudad del futuro, anclada en aquellas ferias mundiales que celebraban la inventiva de la humanidad y que fueron hundiéndose a medida que el pesimismo colectivo nos arrastró al fondo del mar.

“Tomorrowland” puede leerse en distintos planos. Hay aventuras y acción; hay artilugios dignos de la mejor sci-fi; hay una historia interesante y divertida; hay personajes que proponen la empatía automática. En otro nivel se despliega el esfuerzo de Disney por subrayar cuán pegada al abismo marcha la sociedad y lo fundamental que resulta un cambio de enfoque para revertir el rumbo. La carga filosófica y científica de “Tomorrowland” se vuelca a lo Disney: con la mayor sencillez y contundencia en la palabra y en la imagen. Vale.

La película es para mayores de 13 años. Su extensión (más de dos horas) y algunos pasajes violentos lo explican. Los chicos pueden asistir acompañados por un mayor. Se recomienda fervientemente llevarlos.

Los protagonistas


George Clooney es el principal reclamo del primer blockbuster que lidera desde el estreno en 2007 de ‘Ocean’s Thirteen’, ya que en la excelente ‘Gravity’ tenía un peso menor en la trama. De hecho, el haberse asegurado la presencia del protagonista de títulos como ‘Abierto hasta el amanecer’ (From Dusk Till Dawn), ‘Michael Clayton’, ‘Up in the Air’ o ‘El americano’ (The American) fue determinante para que ‘Tomorrowland: El mundo del mañana’ lograse salir adelante.

Las otras grandes protagonistas de la función son las jóvenes y poco conocidas Britt Robertson, vista en la televisiva ‘La cúpula’ (Under the Dome) o más recientemente en ‘El viaje más largo’ (The Longest Ride), y Raffrey Cassidy, la Blancanieves niña en ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’ (Snow White and the Huntsman). El reparto se completa con la presencia de Hugh Laurie en uno de sus primeros papeles tras la finalización de la televisiva ‘House’, Kathryn Hahn, Judy Greer y Keegan Michael-Key, actualmente también en cartelera con la entretenida ‘Dando la nota: Aún más alto’ (Pitch Perfect 2).

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