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Cumple 80 años de su estreno 'Tiempos modernos', de Charles Chaplin


Un obrero de overol enloquece tras laborar durante horas acomodando tuercas en una fábrica y acaba viajando sonriente entre los engranajes de una gran máquina. El laborioso tenía un pequeño bigote negro y caminaba chueco.

No quedan dudas. Estamos hablado de Charles Chaplin en su clasica película "Tiempos modernos", filme que este viernes cumple 80 años de su estreno en Nueva York, en 1936.

Si bien es una de las películas más famosas del genio del humor mudo, existen varias curiosidades que la hacen aún más digna de encontrarse entre lo mejor de la historia del cine.

1. Fue la última aparición de vagabundo

La primera aparición de Little Tramp (Pequeño Vagabundo), el personaje que dio a conocer a Chaplin, fue en un corto en 1914. Para ese entonces ya lucía su característico sombrero, los pantalones grandes y chaqueta ajustada, los zapatos desmedidos, el bastón flexible y, por supuesto, el bigote.

Según cuenta la leyenda, el londinense inventó al pequeño vagabundo en instantes.

Sin embargo, fue con sus sucesivas apariciones que Chaplin fue construyendo a ese entrañable personaje y héroe inesperado que le valió una instantánea fama mundial sin decir una palabra.

Lo cierto es que Tiempos modernos fue su última aparición en la gran pantalla después de 22 años. Y ocho décadas después, resulta inconfundible aún para quienes jamás vieron alguna de sus películas.

2. Solo las máquinas hablan

Chaplin tenía previstos diálogos para cada escena de Tiempos modernos. Incluso existen archivos de cómo iba a hablar Tramp. Pero los resultados no le gustaron y, tras un día de rodaje, cambió de opinión.

No obstante, Chaplin no erradicó la voz humana de su quinta película. Para reforzar la idea de una sociedad fabril, le dio la palabra a las máquinas.

Es así que se puede escuchar al jefe comunicarse con uno de sus empleados a través de una pantalla gigante para ordenarle acelerar la línea de producción en la sección cinco.

Otro ejemplo es el aparato que habla por el vendedor de la máquina para comer que optimiza el tiempo de los trabajadores.

3. Fue la primera y única vez que se escuchó la voz de Tramp

Si bien el pequeño vagabundo nunca habla, en Tiempos modernos se devela su voz. Es decir, por primera vez en más de dos décadas, el público consigue escuchar al vagabundo más querido.

Para mantener la capacidad de trascender idiomas, algo que permitían el cine mudo y la pantomima, Chaplin tomó una decisión astuta: la única vez en que se escucha a Tramp es cantando en un idioma inventado, con la excusa de que el personaje olvida la letra.

Según el sitio oficial del artista, para la distribución mundial de la película se incluyó la aclaración: "¡Atención! Muy importante. Chaplin canta una canción en un idioma falso (no se precisa traducción)".

4. Filmó el final (y luego lo cambió)

El final que Chaplin filmó era aún más triste que ver al personaje perder el empleo y ser encarcelado de forma alternativa durante una hora y media, como sucede en Tiempos modernos.

La idea original era que, una vez dado de alto del hospital tras un nuevo colapso nervioso, descubriría que su amada Gamin, interpretada por Paulette Goddard, se había convertido en monja. Después de tanto sacrificio, ambos permanecerían separados de por vida.

Sin embargo, era un cierre demasiado desesperanzador.

Fue entonces cambiado por otro final que será por siempre recordado tanto por el pedido de Tramp a Gamin de que sonría, como por la música "Smile" compuesta por el propio Chaplin.

5. Fue acusado de plagio

"La película fue víctima de una extraña acusación de plagio", informa el sitio oficial de Chaplin, mantenido por una organización que hasta la actualidad poseen los derechos sobre las películas, fotografías y otros archivos vinculados al creador nacido en 1889.

Una firma franco alemana llamada Tobis llevó a los tribunales a Chaplin por presunto plagio de ideas y escenas de la película Para nosotros la libertad, dirigida por René Clair y estrenada en 1931.

En 1947, ante la insistencia de Tobis, Chaplin Studio accedió darle un "modesto pago" para cerrar el caso, según la web.

Y se agrega: "Chaplin y sus abogados siguieron convencidos que la determinación de la compañía mayoritariamente alemana fue una venganza por el sentimiento antinazi de "El gran dictador". (E)

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